“UN AÑO QUE SE TRANSITA EN LUCHA”

El pasado 07 de diciembre se realizó en la sede del Colegio la Muestra de imágenes y expresiones artísticas “UN AÑO QUE SE TRANSITA EN LUCHA”, Organizada por el Foro en Defensa de los Derechos Humanos.

“No hay nadie que haya jamás escrito,
pintado, esculpido, modelado, construido, inventado,
a no ser para salir de su infierno.”
ANTONIN  ARTAUD

El concepto de memoria, en su vastedad, atraviesa al Foro en Defensa de los DDHH desde su creación a partir de la convocatoria del entonces Presidente del Colegio de Psicólogos, en ocasión del descubrimiento de la placa que honra a psicólogos y estudiantes de Psicología desaparecidos o asesinados durante la última dictadura genocida.
La consigna con la que se encabezó aquella primera  placa: “LA PAZ RECLAMA MEMORIA Y JUSTICIA” da cuenta de las políticas de olvido que se pretendían imponer  desde el poder con las llamadas leyes de impunidad: Punto Final, Obediencia Debida e Indulto.  Políticas de olvido que fueron siempre prerrogativas de las peores dictaduras, pero que alcanzaron su punto cúlmine durante el siglo XX. La frase cierta de Primo Levi: “Toda la historia del ‘Reich milenario’ puede ser releída como una guerra contra la memoria”, puede también aplicarse a todo gobierno totalitario, como para nuestro propio país en los oscuros años de dictadura y en los ramalazos neoliberales que hemos padecido y volvemos a padecer.
También, como señalara  Elie Wiesel, La memoria se halla indisolublemente unida a la identidad, de manera que las dos se sustentan mutuamente

[1]. En ese sentido retomamos la conceptualización freudiana, en la que, en virtud de su descubrimiento, Freud sostiene que los procesos psíquicos no tienen que ver con la conciencia, sino con el inconsciente y que nada de lo una vez registrado es borrado jamás, coexistiendo en nuestro inconsciente todo lo inscripto.
Lacan nos posibilita, a su vez, poder decir que el hombre, desde antes de su nacimiento y más allá de su muerte, está atrapado en la cadena simbólica, en la estructura discursiva de su cultura y de su época, que lo preexiste. Esta exterioridad de lo simbólico constituye la noción misma de inconsciente, sintetizada en los aforismos: El inconsciente está estructurado como un lenguaje y El inconsciente es el discurso del Otro.
Siguiendo también a E. Carpintero y A. Vainer, sostenemos a la memoria como crítica, siendo pasional en relación con ese pasado, imaginaria y no objetiva.
Al posibilitar la autocrítica, la memoria separa el agente recordante de la experiencia recordada; su resultado va a ser que una memoria crítica puede ser capaz de erigirse como el mejor tipo de análisis histórico. Por ello, como dice Régine Robin: “La memoria crítica transforma, por tanto, la conmemoración en rememoración, lo ´fijado´ de una vez por todas en la piedra en construcción fluctuante, efímera, sujeta a la evolución, a las transformaciones, a los avatares de la memoria, a su movimiento.
Lejos estamos de la ilusión de un memorial intangible, y del deseo, igualmente ilusorio a través del pasaje de las generaciones, de un traumatismo que debe mantenerse eternamente presente y vivo. Visite también este sitio web para comprar antibióticos sin receta. Lejos estamos también de la memoria prótesis que puede desembocar en el simulacro de la transmisión del trauma. La memoria crítica tiene una conciencia aguda de las aporías del memorial y de su fragilidad.

[2]. En momentos en que desde los estamentos más altos del poder se insiste en posturas negacionistas y se habla del “curro” de los DDHH; en que se alienta desde esos lugares al “gatillo fácil” y demás abusos de poder y violencia institucional, violencia que muchas veces toma la forma de crear “zonas liberadas” para el delito; más que nunca tenemos que recordar.  
Cuestión que, para nosotros, fue puesta en acto este año con la convocatoria y posterior edición del libro “Escribiendo por la memoria”.
Sabemos, por otro lado, que uno de los objetivos de los genocidios tuvo que ver con el arrasamiento del lazo social, cuestión que en los últimos años ha tomado la forma de “grieta”, de antinomias, polarizaciones y fanatismos que arrasan con aquella fraternidad en la diferencia que en nuestros consultorios deberíamos propiciar yendo más allá de esos imaginarios.

[3]. Éste ha sido un año que en los últimos meses ha condensado un estado de angustia y dolor subjetivo equiparable al Dolor país que enunció en su momento la querida Silvia Bleichmar. Ha habido infinidad de marchas y manifestaciones a favor de leyes que amplíen nuestros Derechos y en contra de aquellas medidas que los cercenan.
Por todo esto queremos nuevamente convocar a nuestros colegas, y a estudiantes de psicología, esta vez  a través de la imagen, cuya temática se vinculará a las luchas que nos atravesaron durante todo el año -imagen que además de las fotográficas, puede ser un dibujo y también una palabra o una frase- para ser expuestas en una muestra que se inaugurará con un acto en el que apostamos al lazo, a la ternura -ésa de la que Ulloa retoma de Freud para considerarla fundamento de los derechos humanos.
Tomando el epígrafe de Artaud, podríamos decir, parafraseándolo, que “No hay nadie que haya jamás escrito, pintado, esculpido, modelado, construido, inventado, a no ser para salir de los infiernos, particulares o sociales.”

 Elie Wiesel, Prefacio a “¿Por qué recordar?”, Editorial Granica, 2002
 Las Huellas de la Memoria - E. Carpintero y A. Vainer
 “Es a esta víctima conmovedora, evadida por lo demás irresponsable en ruptura con la sentencia que condena al hombre moderno a la más formidable galera, a la que recogemos cuando viene a nosotros, es a ese ser de nonada a quien nuestra tarea cotidiana consiste en abrir de nuevo la vía de su sentido en una fraternidad discreta por cuyo rasero somos siempre demasiado desiguales”. (La agresividad en psicoanálisis. Jacques Lacan).

 

A LA QUERIDA NORMA VERMEULEN – MADRE DE LA PLAZA 25 DE MAYO

Con profundo pesar tenemos que despedirnos de Norma Vermeulen, Madre de la Plaza 25 de mayo. Su historia fue marcada por la tragedia de haber perdido a su hijo, Osvaldo Mario Vermeulen, víctima del terrorismo de Estado. Un joven estudiante universitario, trabajador y militante que fue secuestrado por las fuerzas de seguridad a sus 23 años. Allí comenzó la historia de lucha de Norma. 

Norma, junto a todas las Madres nos han marcado un camino en la defensa de los derechos humanos. Habiendo resistido, insistido y sin claudicar jamás, incluso durante el periodo más trágico de nuestra historia reciente, han hecho de la memoria, la verdad y la justicia una bandera y de la construcción colectiva un camino. Las locas, que tuvieron el coraje suficiente para denunciar, en plena dictadura militar, los secuestros y asesinatos de sus hijas e hijos. Las locas, que continuaron, en democracia, reclamando por memoria, verdad y justicia. Gracias por haber sido la madre de todxs, todos los que soñamos por un mundo más justo.

No te olvidaremos Norma, y esperamos estar a la altura de tu legado.

in memoriam (19-05-1930 / 05-05-2018)

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